Tuviste la suerte de que el precipicio no estaba muy alto, incluso que el terreno era inclinado, lo que amortiguaba un poco la caida.
Caes inconsciente durante un rato. Al despertar, intentas pararte pero te duele demasiado el cuerpo.
-¡AHHGG!- Sientes un dolor intenso.
Dado el caso, decides sentarte para descansar un poco y analizar la situación.
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Luego de 10 minutos de reflexión, recuerdas que te viste todas las temporadas de "supervivencia al desnudo" y sabes que entre lo primordial, debes tener una herramienta de caza.
Por suerte, caíste en una pradera donde crecen alisos pequeños con madera fina, rocas pequeñas y juncos.